Como si anunciara que está a punto de suceder un gran espectáculo, la luminosidad de un relámpago rompe por un segundo la oscuridad. La lluvia es constante y tenue. Minutos después, miles de luciérnagas iluminan los senderos e inician su ritual de apareamiento que cada verano ocurre en el bosque Piedra Canteada, en el estado de Tlaxcala. Los minúsculos insectos —de entre cinco y 25 milímetros— vuelan entre los grandes árboles de oyamel, pino y encino que dan forma al bosque templado, su hábitat permanente gracias a la humedad y la alimentación que les ofrece durante su etapa de larvas. Cuando llegan a la edad adulta, las luciérnagas (lampyridae) iluminan el lugar.


El bosque Piedra Canteada, que ocupa una superficie de 630 hectáreas del municipio de Nanacamilpa, pertenece a 40 familias del ejido de San Felipe Hidalgo, en la zona centro de México.Hace tres décadas, los integrantes de estas familias se organizaron e iniciaron una lucha para poder adquirir estas tierras forestales y dar forma a un proyecto que les permitiera crear sus propias fuentes de empleo. Consiguieron su objetivo: hoy tienen un proyecto integral que les permite obtener recursos económicos del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. La mejor muestra de su logro es la presencia de las luciérnagas que vuelan parpadeantes en su bosque.


En mayo pasado, los propietarios de Piedra Canteada obtuvieron la certificación del Forest Stewardship Council (FSC), organización no gubernamental global dedicada a promover el manejo responsable de los bosques a nivel mundial.La coordinadora de desarrollo de negocios de la FSC-México, Tania Libertad Caro Linares, explica que esta certificación se otorga cuando se cumple con los principios básicos en el manejo forestal, los cuales además de garantizar que se produce madera en forma sustentable, también se evalúa el respeto a los derechos laborales, la equidad de género y la transparencia.“Se toma en cuenta que las personas dueñas de los bosques o quienes se sostienen de él, vivan de manera digna y hagan un manejo responsable, para que se pueda seguir en los siguientes años”, señala.


La certificación de FSC no es un premio —aclara el presidente del Comité Ejecutivo de Piedra Canteada—, es un reconocimiento que tiene un proceso en el que se evalúan 130 criterios para garantizar que sus productos tienen su origen en un bosque bien manejado y que proporciona beneficios ambientales, así como sociales y económicos para todos los socios y, en forma indirecta, a las poblaciones vecinas.

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